Reforzando esta idea, Valdano (2002) se refiere al “fútbol de siempre” como aquél que comienza en el respecto por la pelota y que nos recuerda la importancia de que los jugadores se junten, para dialogar pasando el balón y para defender de forma colectiva, solidaria y ordenada. No es de extrañar que autores como Menotti (s.d.), Valdano (2001), Frade (1985, 2002) y Lillo (2003), entre otros, evidencien la importancia de los momentos de transición (no sólo ataquedefensa, sino también defensa-ataque). El Partido es un «continuum», es fluido en el paso de unos momentos a otros, y lo será más al tomar conciencia de eso mismo y de la necesidad de la «construcción» de las «partes» de nuestro modo de «jugar» (los principios de juego relativos a cada uno de los cuatro momentos del «jugar») articulándola según el «todo» que se desea. Parece que son solidarios unos con otros, pero la verdad es que ellos están sólo atrás y, cuando un hombre surge por su lado, se preocupan solamente de él, lo siguen y, con eso, abren espacios. Y esto es bien visible en la propia ocupación de los espacios se ve si un equipo defiende o no en zona: un equipo que defiende hombre a hombre está siempre emparejada, está por pares con el adversario; un equipo que juegue en zona no, existe un patrón colectivo de posicionamiento, en función del cierre del lado interior y de la basculación para el lado del balón”.
Es además Camacho (2003a) quien nos ayuda a dar continuidad a este razonamiento: “Es preciso saber jugar al fútbol y saber jugar bien no es coger la pelota, driblar, chutar y marcar un gol. «A Bola», 01/12/2002), preparador físico del equipo, para un partido de la Super Liga: “El V. Guimarães está desenvolviendo un buen fútbol, está bien clasificado y, por eso, estamos preparados para las dificultades. Ya en el nuevo siglo y con Enrique Cerezo al mando, la pasión del también productor cinematográfico por el séptimo arte dio lugar a un atípico acuerdo con la productora Columbia para que el club promocionara las películas en sus camisetas. Si es así, el equipo representa algo cualitativamente nuevo, cuyo valor global no puede ser equiparado a la suma de los valores individuales, especialmente por una nueva dimensión que emerge de la interacción que tiene lugar a nivel de sus elementos constituyentes” (Garganta, 1995). Creemos que estas consideraciones iniciales nos pueden ayudar a entender mejor las razones por las cuales muchos entrenadores importantes, a veces con jugadores de primer nivel en sus formaciones, ponen el énfasis en el equipo, es decir, en la organización colectiva. Los pocos que lo hicieron desde la distancia se acordaron de forma especial de Marco Asensio, que volvía por primera vez con otro escudo al lugar desde el que había echado a volar siendo todavía un crío.
Para Mourinho (2003a), “lo que se debe destacar de un equipo es jugar como un equipo. Al mismo tiempo, Mourinho (2002a) indica también que “eso sólo es posible con tiempo, con trabajo y con tranquilidad”. Pienso que atacamos mejor de lo que defendemos. Pienso que esto tiene que ver con su entrenador, con la calidad de su entrenador. Para este entrenador, aunque un jugador tenga habilidad para hacer un cambio de orientación con un pase de treinta metros, si no tiene sentido de juego colectivo, no sirve para su equipo. En este contexto, Caneda Pérez (1999) refiere que, en la «defensa en zona», “la tarea de cada jugador no se limita a un duelo particular e individual, en la medida en que entrega su capacidad al colectivo, de tal manera que forma parte de un todo: el equipo como bloque defensivo. ” (Caneda Pérez, 1999). Curiosamente, Castelo (1996) apunta como una de las desventajas de la «zona presionante»el notar dificultades al hacer una rápida transición defensa-ataque, después de la recuperación de la pelota, debido a la gran concentración de jugadores, lo que puede, en ciertos casos, disminuir la eficacia del ataque. ”. Estas dos perspectivas evidencian una cierta «incompatibilidad» entre «defender bien» y «atacar bien».
«Atacar contemplando la posible pérdida de balón» va más allá del espacio físico. Saber jugar es percibir lo que el equipo precisa en cada momento del juego. La regla es percibir los espacios, las líneas de fuerza y saber cómo organizarlos a favor del equipo”. Parece desconocerse lo que es verdaderamente «defender en zona» y, por arrastre, la posibilidad de que se visualicen «zonalmente» las acciones de pressing. Hay muchas cosas que vamos a tener que saber hacer como un equipo y que aún no sabemos”. Carvalhal, 2001) esclarece, que estamos aptos para «utilizar» “este saber mecanizado desviado para el subconsciente”, una vez que “es el supuesto de la libertad del que hacemos un uso «superior»”. Añade que “hasta conseguir la posesión del balón los equipos tienen que ser agresivos y, después de conseguirla, tendrán que saber trabajar. Entonces, alguna cosa nos falta en esta reflexión, sobretodo teniendo en cuenta que, de una manera general, son los grandes equipos los que más usan la «zona presionante» avanzada.
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